lunes, 20 de agosto de 2007

Con el viento por montera, o que el viento se la lleve

Después de ver anteayer como las placas solares se están convirtiendo en los nuevos huertos, el viento tampoco se queda atrás. Molinos muy diferentes a los que Don Quijote describió como gigantes (cómo los describiría ahora que son más altos) pueblan las montañas de más de una provincial.
Pese al rechazo de muchos por los posibles problemas medioambientales (impacto en las aves migratorias o destrucción de parte de la montaña), se contrarresta lo económico. Estado y empresas se encargan de pagar (y no mal) a Ayuntamientos y propietarios.
Más vale un molino que no tierra yerma...
PS

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