
Pese al rechazo de muchos por los posibles problemas medioambientales (impacto en las aves migratorias o destrucción de parte de la montaña), se contrarresta lo económico. Estado y empresas se encargan de pagar (y no mal) a Ayuntamientos y propietarios.
Más vale un molino que no tierra yerma...
PS
No hay comentarios:
Publicar un comentario